El fin de esa exención llega a dos días de que venza el próximo pago del servicio de la deuda rusa, que es de cerca de 100 millones de dólares en intereses sobre sus obligaciones, lo que deja a Moscú expuesto a un eventual impago de sus obligaciones.
En vigor desde el inicio de las sanciones occidentales contra Rusia en represalia por la invasión de Ucrania lanzada el 24 de febrero pasado, dicha exención había permitido a Moscú escapar hasta ahora del default.
La medida había sido decidida por Washington para permitir «una transición ordenada y a los inversores vender sus títulos», explicó la semana pasada la secretaria estadounidense del Tesoro, Janet Yellen, que también habían indicado la «probable» supresión de la medida.
Rusia, por su parte, ya no podría pagar la deuda con dólares en bancos estadounidenses, en el marco de las sanciones reforzadas decretadas por Estados Unidos el 5 de abril.
La gobernadora de la banca central rusa, Elvira Nabioullina, reconoció el 29 de abril que Moscú enfrentaba «dificultades de pago», pero se rehusó a hablar de la potencial entrada de su país en default.