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Presidente Gustavo Petro tomó juramento con la Espada de Bolívar desenvainada en Colombia

Este domingo, en horas de la tarde en Bogotá, fue juramentado como Presidente de Colombia, Gustavo Petro, en un acto multitudinario donde pidió presentar la Espada de Simón Bolívar y se proyectó un documental fotográfico con imágenes de 27 años de historia de conflictos, guerras, muerte y esperanza, bajo la consigna “Prohibido Olvidar”.

El nuevo mandatario colombiano, una vez investido como Presidente, ordenó a la Casa Militar buscar la réplica de la Espada Histórica de El Libertador, con lo cual hizo fracasar la estrategia de Iván Duque, quien había prohibido que la reliquia saliera del recinto donde se conserva en la capital colombiana.

“Esta espada representa demasiado para todos nosotros y nosotras, y quiero que nunca más esté enterrada ni retenida, que solo se envaine, como lo dijo su propio dueño, El Libertador, cuando haya justicia en este país”, expresó Petro durante su primer discurso como mandatario de Colombia, que ejercerá en el período 2022-2026.

El dignatario de izquierda dijo que las nuevas autoridades que lo acompañarán en la gestión deseaban que la espada estuviera en esta ceremonia. Y consideró necesario que, en el futuro, los nuevos presidentes y presidentas que asuman la presidencia de Colombia, la tengan a su lado cuando se juramenten.

“Que sea del pueblo, es la espada del pueblo, que siempre esté presente la Espada Libertaria de Bolívar”, dijo.

Petro afirmó que el nuevo gobierno debe terminar de una vez y para siempre con 6 décadas de violencia y guerra permanente, “la guerra perpetua de Colombia”, dijo, agregando que el país es el más desigual del mundo, pero ahora tienen «una segunda oportunidad».

“El Estado colombiano ha cometido crímenes y evaporó la democracia”, denunció, con indignación.

“No podemos seguir en el país de la muerte, tenemos que construir el país de la vida y trabajaremos incansables para llevar tranquilidad y paz a Colombia. Este es el gobierno de la vida y la paz y así será recordado”, auguró.

El nuevo presidente afirmó que desde ya comenzará a trabajar para convocar al diálogo social y a la paz entre los colombianos. “Cumpliremos el acuerdo de paz, seguiremos a rajatabla las recomendaciones del informe de la Comisión de la Verdad, que cuenta 800 mil muertos colombianos y colombianas, la mayoría humildes”.

Enumeró un plan de gobierno de una decena de puntos para recuperar la paz, la vigencia de la Constitución y las leyes, igualdad social, la distribución justa de riquezas, fortalecer la economía popular, el empoderamiento de las mujeres, campesinos, artesanos y empresarios; reorientar el trabajo de los organismos de seguridad, consolidar la lucha contra la corrupción y el narcotráfico, la defensa de la integridad nacional; la preservación de la biodiversidad y el ambiente, la innovación científica y tecnológica, entre otros elementos. 

Afirmó, rotundamente, que la guerra contra las drogas fracasó y lo que hizo al contrario fue fortalecer a las mafias y debilitó al Estado colombiano. “La guerra contra las drogas ha fracasado rotundamente, un millón de latinoamericanos, la mayoría colombianos, han sido asesinados en 40 años y 70 mil norteamericanos por sobredosis cada año”, describió.

Adelantó que trabajará en una reforma tributaria, justa y no confiscatoria, dirigida a quienes más tienen, para destinar recursos a la deuda social y proteger los derechos como la educación, la salud, la alimentación, la agricultura y otras áreas a favor de las mayorías.

«Llegó el momento de devolverle la deuda a la educación, para que sea de calidad; de ser conscientes que el hambre avanza, en todo el mundo, porque se abandonó la idea de la soberanía alimentaria, basada en el comercio internacional», reclamó públicamente.

Aseveró que la soberanía alimentaria garantiza vida y que el hambre sea cero, mediante lo que llamó «una misión del Estado». «Con todo el sector privado que quiera unirse, debe garantizar la alimentación sana para la población colombiana y lograr excedentes para la exportación”.

«Ejército, sociedad y producción pueden unirse en una nueva ética indestructible, dijo, al anunciar también que la fuerza armada colombiana trabajará junto al Estado para ayudar a las necesidades sociales de la población.

Pidió que se acabe con la división de América Latina, y evitar las fricciones por intentos mediante ataques a gobiernos por diferencias ideológicas que destruyen la unidad latinoamericana. Anunció que Colombia trabajará con todos los gobiernos y dijo que realizará convenios con África y los pueblos afrodescendientes.

Juramento

Petro tomó juramento ante el presidente del Congreso de Colombia, senador Roy Leonardo Barreras, ante quien dijo que cumplirá su palabra de gobernar para todos los pobladores de la nación, frente a la “corporación que representa el pueblo de Colombia”.

Luego, investido como máxima autoridad civil, Petro hizo lo propio a la Vicepresidente Francia Elena Márquez, quien no dudó en jurar para cumplir fielmente la Constitución y leyes de Colombia, “y también juro ante mis ancestros y ancestras para que la dignidad se haga costumbre”.

El jefe del Congreso tomó la palabra para agradecer a mandatarios, primeros ministros, invitados especiales y pueblo que presenció la ceremonia, y comenzó denunciando que en menos de 48 horas, grupos armados narcotraficantes había calcinado a niños, niñas, mujeres y hombres de Colombia en distintos atentados, provocados por matanzas de grupos dedicados a las drogas ilegales. 

«El mundo consumidor se niega a colaborar para dar respuestas y soluciones efectivas», dijo, como reclamo público, deseando que la tragedia que viven los colombianos y colombianas algún día puedan tener garantías de vida en paz y próspera, y la esperanza está puesta en el nuevo Estado que se estrena hoy.

«Tenemos el gran reto que el Estado llegue a los territorios abandonados para detener la miseria, la guerra y la muerte», anunció, asegurando que con el trabajo de todos y todas, Colombia será una Potencia de la vida.

«Hemos llegado aquí gracias a un río, a un torrente popular, que de un pueblo cansado que levantó la cabeza y la voz y dijo: somos capaces de liderar nuestro propio destino. Sí, se pudo… Conseguimos a un hombre y una mujer (…) por primera vez un gobierno de izquierda, progresista, ha llegado a Colombia, con un significado enorme en la historia».  

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