Este jueves ocho de septiembre se conmemora la natividad de la Virgen María, venerada en el oriente de Venezuela como Nuestra Señora del Valle, con una misa solemne oficiada por Monseñor Jesús González de Zárate presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV), desde el Valle del Espíritu Santo en el municipio García del estado Nueva Esparta, quien elevó una oración por los migrantes venezolanos.
Devotos marianos se reencontraron en el campo eucarístico, tras dos años de pandemia, para celebrar los 111 años de su Coronación canónica yla centuria como patrona del Oriente venezolano.
La misa que inició a las ocho de la mañanaen honor a la madre de los pescadores como también es conocida esta advocación de la Virgen María,estuvo acompañada por más de 70 músicos y coralistas de las agrupaciones como «Ensamble un lado de mi sol» y «Virgen del Valle Mundial».
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El Valle del espíritu santo recibió a la feligresía, llegada de distintos puntos del país, desde las 12:00 de la madrugada, hora en la que se realizó la primera de las tres misas en su honor, hasta las seis de la mañana de este jueves.
La seguridad ciudadana del campo estuvo a cargo de funcionarios de Protección Civil (PC) de la entidad, quienes vigilaron los protocolos de bioseguridad.
Haciendo referencia a las imposibilidades de la celebración por la pandemia de la Covid-19, Monseñor González de Zárate expresó satisfacción por el reencuentro de los miles de devotos.
«Nuestra alegría es grande y nuestro corazón desborda de gozo porque superada las limitaciones de movilización (…) podemos celebrar como una gran familia, el día de la patrona de los marineros, la virgen bonita, Nuestra Señora Del Valle«, dijo.
Prosiguió con la petición de colocar ante la virgen sagrada a los pobres, necesitados y enfermos, así como dar «consuelo y protección para los hijos de esta tierra que buscan una mejor condición de vida» al emigrar, comentó.
El obispo reseñó que en estos tiempos y después de 500 años de su presencia, la virgen «fue para muchos la influencer de Dios y la misionera que desde los primeros tiempos ha hecho posible una fecunda evangelización de los pueblos del oriente venezolano«.
“Cuando la devoción que le profesamos es autentica, es decir, realizada desde nuestra humanidad y al mismo tiempo transcendente a la santidad de Dios, ella crea tendencia», comentó al enmarcar que la fe y la devoción hacia la Virgen contagia «esperanza aún en medio de los afanes y dolores».
En este sentido, hizo un llamado a «no quedarnos como espectadores frente a tantas situaciones dolorosas que vive nuestro país y en el mundo entero» y asumir con compromiso y audacia el «no ser indiferentes» y mirar hacia el futuro con convicción y esperanza.
«Cada fiesta de la Virgen del Valle debemos vivirla como una renovación» de la fe en la iglesia y «en orden a la contribución que como cristianos-católicos estamos llamados a brindar en la construcción de una sociedad«, dijo.
Asimismo, llamó a la «recuperación de los valores de la verdad, justicia, participación, solidaridad, responsabilidad, honestidad y la cultura del trabajo productivo», que bajo su óptica han sido debilitados.
«Solo así podremos construir la convivencia y la amistad social entre los diversos sectores y promover una mejor política capaz de interpretar el sentir de nuestro pueblo colocándose al servicio del bien común», expresó al recordar las palabras del Papa Francisco, de quien señaló instó a «caminar juntos» y «soñar con un país en el que todos nos sintamos incluidos».
Reiteró la importancia de renovar la fe del pueblo a través de misiones católicas cristianas como lugares de acogida, diálogo, encuentro, tolerancia, inclusión y reconciliación para todos.
«Por la compleja situación que vivimos, esta tarea requiere paciencia y confianza», puntualizó.
Origen de la devoción por la Patrona del Oriente
La tradición religiosa de nuestro país, considera a Nuestra Señora del Valle como la patrona del oriente de Venezuela, siendo venerada con especial devoción en la isla de Margarita, desde 1955, así cada 8 de septiembre, miles de peregrinos acuden a su santuario ubicado en el Valle de Margarita, cerca de Porlamar, para venerarla.
Las festividades que duran varios días, y en cada uno de ellos la Virgen luce un traje diseñado con las telas suministradas por sus devotos, inicia el primero de septiembre con la bajada de la Virgen y una procesión acompañada por los Obispos de los estados: Sucre, Anzoátegui, Monagas, Nueva Esparta, Delta Amacuro, Guárico y parte de Bolívar.
Después de 3 meses, la patrona de los pescadores, marineros y Armada Nacional de Venezuela, es subida a su altar en la parte superior de la Basílica Menor, poniendo fin a sus festividades hasta el año siguiente.
