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Boris Akunin: «En Rusia es inevitable una revolución»

Las entradas para el debate con los escritores Boris Akunin y Sergei Lebedev, que vive en Potsdam, estaban agotadas. El encuentro tuvo lugar en el marco del 22 Festival Internacional de Literatura de Berlín. Pero solo se habló de literatura durante una hora. Después, ambos se refirieron al concepto de «patria”, la división de la sociedad rusa y el papel de la población en la política.

Boris Akunin nació en 1956 en Zestafoni, en la actual Georgia, con el nombre de Grigori Chjartishvíli. Desde 1998 publica novelas policiales históricas que lo convirtieron rápidamente en uno de los autores más leídos de Rusia. Sus libros se han traducido a más de 40 idiomas. Ahora vive en Londres.

«Régimen dictatorial agresivo»

En Berlín, Akunin criticó que se pretenda poner en el mismo saco al Gobierno ruso y la ciudadanía de ese país. «Rusia ha llevado mucho mal al mundo, pero también muchas cosas buenas. Yo no quiero renunciar a las cosas buenas que ha dado Rusia. No se las quiero dejar a Vladimir Putin. Para nosotros es insoportable que Putin encarne a Rusia”, dijo el escritor.

En su opinión, el principal problema del Estado ruso es la desmedida centralización, el imperialismo y el hecho de que el gigantesco país haya sido mantenido unido únicamente por la fuerza. «A lo largo de la historia, el Estado siempre empezó a desmoronarse cuando el sistema de la fuerza se debilitaba”, dice. Cree que si Rusia no modifica las bases de su existencia y no se convierte en una verdadera federación, se producirá una nueva revolución prodemocrática. Pero luego se volvería a caer en el autoritarismo.

La necesidad de una revolución

Akunin está convencido de que la guerra contra Ucrania amenaza a todo el mundo. «Esto no es comparable con la invasión iraquí de Kuwait. Estamos ante un régimen dictatorial agresivo, que dispone de armas atómicas y ha amenazado reiteradamente con utilizarlas. Mientras este régimen gobierne Rusia no habrá paz. Nuestra tarea es poner fin a este régimen», afirmó.

Boris Akunin abandonó Rusia en 2014 debido a la anexión de Crimea. En conversación con DW, aseguró que regresará «en cuanto Rusia se libere de la dictadura”. Pero estima que eso solo se podrá lograr con una revolución, que debe nacer del pueblo ruso.  Estima que la sanciones contra la población no conducirían al colapso del régimen, sino que fortalecerían la posición de Putin. Por eso, opina que los políticos occidentales deben dejar en claro que son adversarios del régimen, pero, al mismo tiempo, amigos del pueblo ruso. Y agregó: «Sí, actualmente no hay un ánimo de revolución en Rusia. Pero una revolución es inevitable. La pregunta es solo cuándo ocurrirá y cuántas personas serán sacrificadas hasta entonces”.

«Es una vergüenza ser indiferente»

En conversación con DW, Akunin dijo que todos debemos replantearnos cosas ante esta guerra. Porque considera que es una vergüenza y es inmoral sustraerse a lo que ocurre, ser indiferentes: «Este problema irrumpió en nuestra vida. Para los ucranianos es una tragedia, pero tienen su posición clara, porque defienden su patria. Para los rusos es mucho más complicado. La sociedad rusa experimenta una colosal división. Hay mucha gente que está de parte de Putin. Pero también hay muchos que están en su contra y yo, naturalmente, soy uno de ellos”.

En cuanto a la prohibición de la literatura rusa en Ucrania, indicó: «Pienso que es muy comprensible que los ucranianos estén hartos de todo lo que tenga que ver con Rusia y con ‘lo ruso’. Me apenan especialmente los escritores y poetas ucranianos que son talentosos y cuya lengua materna es la rusa. Hay muchos y no sé cómo se las arreglan con este problema. No quiero que el idioma ruso sea visto como propiedad personal de Putin. No le pertenece a Putin. Nos pertenece a todos, a Pushkin, a Chéjov, a todos”.

(ers/ms)

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