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Por qué la física sugiere que el futuro ya pasó

Cada año que pasa nos sorprendemos de lo rápido que transcurre el tiempo. Con el coronavirus parece además que nos han quitado un año, mucha gente se queja de que ese tiempo ya no volverá. Como seres humanos nos es muy fácil distinguir entre el presente, (el ahora, el momento en que lees estas líneas), el pasado, (esos recuerdos que conforme avanzan los días se van volviendo más y más borrosos) y el futuro, (aquello que está por venir). Pero, ¿y si todo fuera una ilusión?

Antes de nada, ¿qué es el tiempo? Si hubiera que dar una definición, sería quizá «lo que el reloj mide», o, como dijo el filósofo Adolf Grünbaum: «El tiempo es un continuo lineal de instantes», y es que tenemos la concepción de que el tiempo siempre tiene que ser lineal. El pasado quedó atrás, el futuro está por delante y todo se mueve como una flecha en una sola dirección. Gracias al tiempo las cosas pasan de una en una y no caóticamente todas a la vez.

Tenemos la concepción de que el tiempo tiene que ser lineal. El pasado quedó atrás, el futuro está por delante y todo se mueve como una flecha en una sola dirección

En realidad, los físicos no parecen ponerse de acuerdo con el tiempo. La teoría de la relatividad de Albert Einstein, por ejemplo, presenta un universo donde el espacio y el tiempo son inseparables y se influyen mutuamente. Los fenómenos se experimentan de distinta forma según el estado de movimiento de los que observan, lo que quiere decir que el tiempo corre más lentamente cuando experimenta una fuerza gravitacional mayor: cuanto más se acerca alguien a la velocidad de la luz (si eso es posible), más fuerte es la desaceleración del reloj. O por decirlo de manera más sencilla, cuanto más rápido vas, más lento va el reloj.

Para comprender eso mejor pondremos de ejemplo la película ‘Interestellar’ de Christopher Nolan. El tiempo pasa de manera diferente en función del lugar del Universo en el que te encuentres, y por ello, cuando el protagonista viaja a un planeta cercano a un agujero negro, tan solo pasa una hora en él, y sin embargo en la Tierra han transcurrido 23 años cuando vuelve a su nave. La película parece haber tomado prestado algún retazo de ‘La paradoja de los gemelos’ también de Einstein: hay dos gemelos. El primero de ellos hace un largo viaje a una estrella en una nave espacial a velocidades cercanas a la velocidad de la luz, el otro gemelo se queda en la Tierra. A la vuelta, el gemelo viajero será más joven que el gemelo terrestre.

El tiempo es una mera percepción de nuestros sentidos. Se trata de algo conceptual creado por nuestra mente limitada

Los agujeros negros cobran importancia en esta historia, pues si pudiéramos quedarnos en uno de ellos sin que nos absorbiese y acabase con nosotros (cosa harto improbable) podríamos ser inmortales. No es casualidad que Einstein escribiera que ni el pasado ni el presente ni el futuro existen. «El tiempo es una mera percepción de nuestros sentidos». Sin embargo señalábamos antes la flecha del tiempo, esa que sirve para que todas las cosas no sucedan a la vez. Con esta flecha, el pasado es algo inmutable que no puede cambiarse. Hay verdades inmutables: el vaso puede romperse, pero es difícil que vuelva a recomponerse. Pero, ¿y el futuro?

Los físicos se sienten aún más desorientados con respecto al futuro. ¿Existe el libre albedrío y podemos elegir distintas rutas o, por el contrario, está predeterminado? (Si fuera la segunda opción, sería más fácil predecir lo que vendrá). «Hay quienes dicen que podemos influir en el futuro al escoger entre distintos itinerarios», afirma el doctor Ghag, investigador del Departamento de Física y Astronomía del University College de Londres, en ‘BBC‘. «Pero supongamos que el libre albedrío también estuviese sometido a la relatividad. Teóricamente, si supieras todas las posibles trayectorias de las mentes y de los fenómenos, podrías predecir el futuro, pero eso crearía una paradoja, el conocimiento de lo que va a ocurrir termina alterando lo que pasará».

 

Cuanto más se acerca alguien a la velocidad de la luz (si eso es posible), más fuerte es la desaceleración del reloj

Es posible que el futuro, el presente y el pasado no sean tan diferentes como pensamos, dice el escritor científico y astrofísico Adam Becker, y para ello da una explicación curiosa relacionada con la teoría de la relatividad: Imagina que en la Galaxia Andrómeda, a millones de años luz de aquí, los extraterrestres deciden conquistar la Tierra. Nosotros, que estamos muy lejos de ellos, descubrimos que están tratando de conquistarnos. Pero eso ya ha sucedido, para nosotros se trata del futuro pero ellos lo decidieron antes, pero en realidad en la Galaxia Andrómeda eso que es nuestro futuro es en realidad su pasado.

La explicación más sencilla sería, por tanto, que el tiempo en realidad no es lineal sino poliédrico. No hay un comienzo o Big Bang y no hay un final, sino que el tiempo como tal solo existe en nuestro cerebro humano. Se trata de algo conceptual, creado a partir de nuestra percepción y nuestra mente limitada. Lo que para ti es el presente, podría ser otro momento para una persona que viajara más rápido. El pasado y el futuro serían como la izquierda y la derecha, siempre están ahí, y cambian según tu posición. El espacio-tiempo es una ilusión y todo existe sólo en el momento presente, o, al menos, eso es lo que muchos físicos creen. ¿Te sientes más confuso ahora que en el pasado, cuando comenzaste a leer esto?

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