jueves, mayo 2, 2024
34.2 C
San Carlos

Suecia blinda la isla de Gotland mientras acelera el debate sobre el ingreso en la OTAN

La apacible vida de los habitantes de la isla de Gotland se ha visto alterada en los últimos meses. Por primera vez en muchos años, militares suecos han patrullado las calles o el puerto de Visby, su capital. En sus bosques, cientos de soldados entrenan desde hace semanas con ropa de camuflaje y munición real. Y en todas las casas se guarda un folleto distribuido por las autoridades que indica cómo actuar si estalla una guerra. Mientras reaparecen en Gotland los viejos fantasmas de la Guerra Fría, la clase política de Suecia debate contra el reloj sobre el posible ingreso del país escandinavo en la OTAN.

La posición estratégica de Gotland, en medio del mar Báltico, la ha convertido durante siglos en un territorio codiciado por otros Estados de la región. Su historia está plagada de invasiones repelidas por Suecia. La última, en 1808, cuando las tropas del zar Alejandro I de Rusia ocuparon la isla durante 26 días hasta que fueron derrotadas. Sin embargo, tras la caída del muro de Berlín, Estocolmo comenzó a reducir su inversión en defensa y a disolver regimientos. En 2005, abandonaron Gotland los últimos militares que quedaban; el talón de Aquiles del país nórdico quedó desmilitarizado.

Todo volvió a cambiar en 2014, tras la anexión rusa de Crimea. En los años siguientes, Suecia restableció el servicio militar obligatorio, reinstauró el regimiento de Gotland, con su base permanente a cinco kilómetros de Visby, y volvió a instalar un sistema de defensa antiaérea. El pasado enero, cuando más de 100.000 militares rusos aguardaban órdenes en la frontera de Ucrania, cientos de soldados suecos volaron a la isla del Báltico después de que el ministro de Defensa, el socialdemócrata Peter Hultqvist, declarara que no se podía “descartar la posibilidad de un ataque a Suecia”.

“Nos hemos fortalecido de manera notable en lo que va de año, y vamos a crecer mucho más durante los siguientes”, explica Magnus Frykvall, quien desde hace menos de dos meses dirige el regimiento más conocido de Suecia. Hoy tiene a su cargo a unos 400 soldados profesionales y algunos reclutas. “Nos iremos reforzando hasta llegar a los 4.000 efectivos”, añade en el Club de Oficiales el coronel, de 47 años, con experiencia en Kosovo, Afganistán y Malí. “No es sencillo aumentar rápidamente la presencia militar en una isla, tenemos que desplazar a los militares desde otras partes del país”, explica Frykvall, quien considera que tiene “el puesto más interesante que existe hoy en las Fuerzas Armadas de Suecia”. A diferencia de la mayoría de países, los soldados suecos no residen en las bases, sino en apartamentos. Y no abundan las viviendas en alquiler en Visby.

Las decenas de miembros del batallón de la Guardia Nacional (fuerza de reserva militar) en Gotland también participan desde la semana pasada en un programa especial de entrenamiento. Desde el inicio de la invasión de Ucrania, el 24 de febrero, se ha disparado en toda Suecia el número de solicitudes de voluntarios que desean formar parte de las unidades de defensa local

 

  • El pais/ España

Ultimas Noticias